1. Respeta la organización de cada especie
Los perros organizan su sociedad en manada mediante una jerarquía propia que ellos mismos marcan. Por el contrario, los gatos son animales solitarios que simplemente defienden su territorio. Esta diferencia puede hacer que se inicien los conflictos. De esto podemos deducir que debemos respetar la jerarquía que ellos mismos instauran, sin intervenir constantemente o regañar actitudes que nos parezcan negativas, ellos mismos se organizarán.
2. Presentar a los animales
No importa si la nueva mascota es el gato o bien el perro. Es un momento muy importante, y debes intentar evitar la sobre-excitación para que ambos se muestren tranquilos, puedes realizar las presentaciones después de una sesión de ejercicio del perro, por ejemplo.
¿Qué debemos hacer para presentar a ambas mascotas?
- No cojas al gato en brazos, puede arañarte, además te recomendamos que le cortes las uñas para que no pueda herir al perro si saliera mal el encuentro.
- Preséntalos en un lugar amplio y grande y a ser preferible llevando el perro atado. El gato, por su parte, debe tener la posibilidad de huir hacia una estantería, por ejemplo.
- Obsérvalos y permita que se miren y se huelan.
- Si el comportamiento es correcto y ambas mascotas se muestran tranquilas dejarás que interactúen. Si por el contrario se muestra ariscos no te preocupes, es muy habitual, quizás tardarán un tiempo en aceptarse.
¿Cómo consigo que ambas mascotas se lleven bien?
Si el encuentro ha sido muy negativo y ambas mascotas se muestran inquietas y nerviosas por la presencia del otro deberás trabajar con ambos, reforzando con la voz (¡Muy bien!) o con golosinas las actitudes que consideras positivas: estar tranquilo, relajado, etc.
No cometas el error de dividir tu hogar en dos zonas, una para cada animal, ya que entonces será muy complicado que se toleren una vez pase el tiempo.
Lo ideal es esperar un tiempo a que ambos animales empiecen a convivir respetándose. Esto puede tardar semanas, incluso meses. Aunque no siempre van a crear un vínculo fuerte, lograr que se toleren es suficiente para una buena convivencia.
3. Iniciar la convivencia desde la primera etapa de vida
La convivencia entre perro y gato no necesariamente debe ser mala, todo lo contrario. Animar a tus dos mascotas a aprender trucos y órdenes así como premiarles siempre que se lleven correctamente es fundamental.
Deberás cuidar la educación en positivo desde el primer día de convivencia, recuerda que el hombre y los procesos de domesticación han hecho posible que estos dos animales, que en la naturaleza nunca convivirían, vivan en calma y armonía. Haz de tu casa un hogar feliz para ambos.
4. Darles comida en áreas separadas
No podemos olvidar que tanto los perros como los gatos son animales depredadores, esto indica que es muy fácil que se inicie una disputa por la comida que puede terminar con un mordisco o un zarpazo, para evitarlo sin incidente alguno es que cada mascota coma en un espacio distinto y separado del otro animal. Con el tiempo y si forjan amistad no necesitarás separarles.
Tampoco deberás permitir que uno se coma la comida del otro, haz que se respeten mutuamente exista comida por medio o no, al menos en tu presencia.
5. Juguetes para todos
Aunque te parezca un consejo obvio es importante recalcar este punto pues este consejo es más útil de lo que pueda parecer. Los celos y el deseo de tener un juguete puede empeorar mucho una relación entre perro y gato.
El perro es de naturaleza social y los gatos tienen un instinto depredador más vivo. Estos comportamientos tan distintos se ven amortiguados por el uso de juguetes que canalizan el instinto de caza en los gatos evitando así las conductas depredadores, exteriorizará su naturaleza de forma inofensiva. En el caso contrario, el can encontrará en el juguete un objeto que le pertenece, algo más que hará que el perro se sienta seguro y en un auténtico hogar.
Proporcionales varios juguetes a cada uno de distintos colores formas y algunos que emitan ruido, ellos te lo agradecerán y además les proporcionarás una auténtica distracción cuando tu no estés.
No obstante, si observas que tu perro se muestra intolerante cuando hay juguetes por el medio, podría tratarse de protección de recursos.
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