Presa canario o dogo canario

Como su nombre sugiere, este moloso proviene del Archipiélago Canario, principalmente de las Islas de Tenerife y Gran Canaria (España). De hecho, una ley del Gobierno de Canarias nombra al dogo canario como uno de los símbolos de la isla de Gran Canaria.

Estos perros descienden de los antiguos perros “majoreros”, que existían en el archipiélago desde tiempos prehispánicos, antes del siglo XIV. En esa época, los grandes perros de las islas eran usados por los indígenas como guardianes, protectores y también como perro de ganado. Más adelante, con la llegada de europeos a las islas y particularmente con la posterior conquista de las mismas por parte de la Corona de Castilla, los majoreros empiezan a usarse como perros auxiliares de carniceros. También se empieza a experimentar con el mestizaje con otros perros llegados desde el continente.

Sin embargo, la raza moderna termina de definirse en el siglo XVIII, cuando ocurre una fuerte migración inglesa hacia las islas. Los ingleses llevaron al archipiélago perros tipo bulldog y bull terrier que empleaban en las crueles peleas de perros, tan populares en esa época. Lógicamente, los molosos locales también fueron empleados para esa horrenda afición, así como cruces entre majoreros y perros tipo bull.

Así, el dogo canario actual, tiene principalmente sangre de los majoreros locales de las islas, pero también tiene sangre de perros molosoides ingleses. En la actualidad, el presa canario, como es conocido también este dogo, es un perro muy popular en casi todo el mundo. Al igual que ocurre con otras razas, el presa canario es considerado un perro potencialmente peligroso en España y otros países.

El dogo canario es un perro moloso de tamaño medio-grande. Su aspecto es imponente y aunque su altura a la cruz es parecida a la del perro pastor alemán, es mucho más robusto y musculoso. Las medidas del presa canario son:

• Machos: altura de entre 60 y 66 cm a la cruz y peso de entre 50 y 65 kg.
• Hembras: altura de entre 56 a 62 cm a la cruz y peso de entre 40 y 55 kg.

La cabeza de este dogo es maciza, compacta y presenta piel gruesa y suelta. La nariz es negra y la depresión naso-frontal (stop) es pronunciada. El hocico es más corto que el cráneo, ancho y poderoso. Los ojos son medianos a grandes, levemente ovalados y de color marrón. Las orejas son medianas y caen a ambos lados de la cabeza. El estándar actual no exige que sean amputadas, pero desgraciadamente todavía podemos ver muchos de estos perros con las orejas cortadas.

El cuerpo es más largo que alto (perfil rectangular). La línea superior es recta y se eleva ligeramente desde la cruz hasta la grupa. El pecho es profundo y ancho, mientras que los flancos son levemente recogidos. La cola es gruesa en la base, de inserción media y no debe sobrepasar el corvejón.

El pelaje de este perro de presa es corto, liso y áspero. De acuerdo con el estándar racial aprobado por la Federación Cinológica Internacional (FCI), el pelo debe ser de alguna tonalidad de atigrado y siempre con máscara negra. También pueden presentarse algunas marcas blancas en el pecho, la garganta, los pies delanteros y los dedos de los pies traseros, pero estas marcas deben ser mínimas. Estándares reconocidos por otras organizaciones también permiten el color negro sólido.

El dogo canario destaca por ser un perro tranquilo y con un temperamento calmado. Suele ser muy atento y especialmente seguro de sí mismo. Su pasado como perro guardián le predispone a tener una actitud tímida y reservada con desconocidos, pero muy noble y serena con sus familiares cercanos. Es sin duda uno de los perros más leales que existen. Además, el presa canario es un perro muy obediente, con el que podremos trabajar estupendamente obediencia y otras actividades que incluyan la estimulación mental, como las habilidades caninas y los distintos ejercicios de obediencia.

El presa canario es un perro de sencillos cuidados. Bastará un cepillado semanal para eliminar los restos de pelo muerto o suciedad, para ello, utilizaremos un peine blando y de cerdas cortas, puesto que su pelaje no tiene doble capa y el uso de cepillos metálicos podría irritar o dañar su dermis. Por otro lado, el baño deberá ofrecerse cada 6 u 8 semanas, aunque es recomendable esperar a que realmente esté sucio para no eliminar la capa de protección natural de su piel.

El dogo canario necesita, como mínimo, entre 2 y 3 paseos diarios moderadamente largos (de entre 30 y 40 minutos) para ejercitar su musculatura y mantenerse activo. Además, es fundamental dedicar una parte del paseo al ejercicio físico, actividad que le liberará del estrés y la tensión que pueda acumular.

El dogo canario no es la raza más adecuada para propietarios novatos e inexpertos ya que necesita a su lado una persona responsable y experimentada que pueda guiarle en la educación y la socialización de forma correcta. Un perro de estas características debe ser correctamente adiestrado para evitar conductas no deseadas o problemas del comportamiento.

La socialización del cachorro es probablemente uno de los factores más importantes a tener en cuenta a la hora de adiestrar un dogo canario puesto que va a ser fundamental que sea capaz de relacionarse con otras personas, perros o mascotas diversas. Debemos presentarle, a partir de los 3 meses de vida, todo tipo de personas y animales, de esta forma, al llegar a su etapa adulta no reaccionará de forma reactiva. Si evitamos socializar a nuestro perro para mejorar su “instinto guardián” podemos llegar a enfrentarnos a un problema serio en el futuro cuando no seamos capaces de invitar personas a nuestra casa o tengamos que considerar que nuestro propio perro es “peligroso”.

Otro aspecto fundamental de su educación es la obediencia básica, imprescindible para su seguridad, la de otras personas y animales y para nuestra tranquilidad. Para una mejor respuesta y comunicación con nuestro dogo canario puede ser interesante visitar un adiestrador canino profesional que nos ayude a trabajar con él y nos indique los ejercicios que debemos practicar de forma regular para afianzar las órdenes.

Recuerda que cuando están correctamente socializados, los dogos canarios son excelentes compañeros, pero aún así suelen ser reservados con los extraños y grandes protectores, deberás estar presente siempre en sus relaciones sociales con personas que no le conozcan. Además, puede resultar algo torpe durante los juegos con los niños por su fortaleza. El adiestramiento no es difícil con esta raza, pero hay que tener en cuenta su temperamento independiente y trabajar con el adiestramiento en positivo, que funciona muy bien siempre que el entrenador sea consistente y firme.

Finalmente recordar que si se desea educar a un presa canario en protección, defensa o guardia es imprescindible acudir a un profeisonal, nunca debemos intentar instruir a nuestros perros en este tipo de actividades que pueden ser peligrosas para nosotros y nuestro entorno así como para la propia salud mental de nuestro mejor amigo.

Los cuidados que podamos ofrecer a nuestro perro nos ayudarán a mantener un buen estado de salud, no obstante, al igual que ocurre con otros perros de tamaño grande, el perro presa canario es susceptible a sufrir las siguientes enfermedades:

• Displasia de cadera
• Displasia de codo
• Epilepsia
• Torsión gástrica

Además de seguir el calendario de vacunación del perro de forma estricta así como su desparasitación (interna y externa) será fundamental acudir al especialista cada 6-12 meses para asegurar su buen estado de salud y detectar a tiempo cualquier enfermedad. Recuerda que las enfermedades degenerativas, como la displasia de codo o de cadera, pueden ser menos graves si se detectan con rapidez. Si sigues nuestros consejos disfrutarás de un perro sano y feliz mucho tiempo, recuerda que su esperanza de vida se sitúa entre 9 y 11 años.