El dogo de Burdeos o dogue de Bordeaux es uno de los perros molosoides más apreciados por su carácter bonachón y su aspecto imponente. Y es que, muchas personas no imaginan que detrás de su aspecto se esconde un perro muy tranquilo y fiel, perfecto para familias muy diversas.
Si estás pensando en adoptar a un cachorro o a un perro adulto de esta raza, será fundamental que te informes apropiadamente de los cuidados que precisa, de su educación y de muchos otros detalles relativos a su comportamiento. Estar bien informado previamente es muy importante para que la adopción se lleve a cabo de forma correcta.
No olvides que existen algunos detalles a tener en cuenta sobre el dogo de Burdeos que hemos de considerar con anterioridad, como puede ser disponer de la licencia para perros PPP. En esta ficha de raza detallaremos todo lo que necesitas saber sobre el dogo de Burdeos:
Origen del dogo de Burdeos
La historia antigua del dogo de Burdeos es prácticamente desconocida aunque la mayoría de fuentes apuntan a un origen Celta. Se estima que se utilizaba a este perro para la caza mayor y para la protección. Sin embargo, no fue hasta el siglo XIV cuando se documenta esta raza por primera vez en Francia. Desde entonces y hasta el siglo XIX se usaban los dogos de Burdeos como perros de caza mayor, guardianes, perros de pelea y como auxiliares de carniceros.
En esa época existían 3 tipos de dogos franceses: el tipo París, el tipo Toulouse y el tipo Bordeaux. El último fue el directo antecesor de la raza actual. En 1863 se realizó en París la primera exposición canina en el Jardín de Aclimatación, y fue también la primera vez que se presentó al dogo de Burdeos con su nombre actual.
Características del dogo de burdeos
La característica más notoria del dogo de Burdeos es su enorme cabeza. Se dice que entre todas las razas de perros, este dogo francés tiene la cabeza más grande en proporción a su cuerpo. De hecho, el estándar de la raza indica que el perímetro del cráneo en el macho debe ser aproximadamente igual a la altura a la cruz. En la hembra es un poco menor, pero también se trata de una cabeza grande.
La piel de la cabeza presenta muchas arrugas, especialmente cuando el perro está atento. La depresión naso-frontal (stop) es muy pronunciada, ya que el hocico forma un ángulo casi recto con el cráneo. La nariz es ancha y pigmentada de acuerdo con el color de la máscara. El hocico es corto, ancho y grueso. El prognatismo (mandíbula inferior más larga que la superior) es característico en la raza y la mandíbula inferior se curva hacia arriba. Los ojos son ovalados, bien separados entre sí y de color avellana a marrón. Se prefieren los tonos oscuros. Las orejas son de inserción alta, caídas pero no colgantes, pequeñas y un poco más oscuras que el manto.
El cuerpo del dogo de Burdeos es de perfil rectangular (más largo que su altura a la cruz), musculoso y fuerte. La línea superior es horizontal. El pecho es fuerte, largo, profundo y ancho. Los flancos son ligeramente retraídos. La cola es gruesa en la base y alcanza al corvejón, pero no lo supera. El pelaje de este dogo es corto, fino y suave. Puede ser de cualquier tonalidad de leonado, y se permiten manchas blancas bien delimitadas en el antepecho y los extremos de las patas. La máscara puede ser negra, marrón (llamada roja o bistre) o no existir.
Los machos suelen pesar un mínimo de 50 kilogramos y alcanzan una altura de entre 60 y 68 cm. Por su parte, las hembras pesan como mínimo 45 kilogramos y alcanzan una altura de entre 58 y 66 cm.
Carácter del dogo de Burdeos
El pasado del dogo de Burdeos nos puede incitar a pensar que se trata de un perro violento o excesivamente territorial debido a su utilización como perro de pelea y protección. Sin embargo, lo cierto es que el dogo de Burdeos suele tener un carácter amigable y tranquilo. Es un perro cómodo, inteligente e independiente, de personalidad muy equilibrada. No suele ser escandaloso ni excesivamente movido, es un perro calmado dentro del hogar.
Dependerá de cada caso y de la educación que reciba tener una personalidad u otra. El dogo de Burdeos suele ser excelente para todo tipo de familias incluidas aquellas que tienen niños a su cargo. A pesar de su gran tamaño, el dogo de Burdeos es un perro muy tranquilo que va a aguantar de forma paciente a los más pequeños y sus travesuras.
No obstante, el carácter del dogo de Burdeos puede no ser el ideal si se practican con él técnicas de ataque, no se le brindan los paseos suficientes o se le maltrata deliberadamente. Se trata de un perro muy sensible que debe tratarse con afecto y cariño, de lo contrario puede empezar a sufrir problemas del comportamiento que le inciten a estar nervioso y a ser destructivo. Este tipo de problemas no son exclusivos del dogo de Burdeos, cualquier perro puede sufrir estos problemas si no recibe los cuidados apropiados.
Un detalle a tener en cuenta, es la gran valentía y el afecto que profesa a sus compañeros de vida humanos. Ante una situación que el dogo considere agresiva hacia quienes más quiere, el dogo de Burdeos puede actuar de forma negativa, como lo haría cualquier perro amado, pero la diferencia es su gran tamaño y la corpulencia que tiene. Por esa razón, será importante evaluar si tenemos la suficiente fuerza física y tiempo adecuado de adiestramiento para ofrecerle.
Cuidados del dogo de Burdeos
Cuidar a un dogo de burdeos es relativamente fácil. Empezaremos con el cepillado, que debe ser llevado a cabo de forma ocasional ya que apenas pierde pelo. Al ser tranquilo, no es un perro que vaya a ensuciarse de forma excesiva por lo que bastará con un mitón de goma para cepillarle de vez en cuando y dejar su pelo reluciente y libre de suciedad.
Le bañaremos cuando esté realmente sucio o cuando huela mal pero debemos ser cuidadosos de no bañarle excesivamente para respetar la capa de protección natural de su dermis. Eso sí, prestaremos mucha atención a limpiar todas sus arrugas, especialmente las de su rostro, que pueden llenarse de restos de comida, baba y suciedad. Es importante higienizar todas estas zonas para evitar la aparición de hongos y otros problemas de piel.
Un dato muy importante a considerar (especialmente si somos muy escrupulosos de la higiene y la limpieza) es que el dogo de Burdeos es un perro que babea mucho. Aunque a primera vista pueda no parecer tan exagerado, lo cierto es que con el paso del tiempo observaremos cómo las paredes de nuestra casa empiezan a llenarse de dulces marcas de nuestro amigo. Por esa razón, deberás tener en cuenta que pintar la casa será algo regular.
El dogo de burdeos necesita, al menos, 3 paseos diarios que le permitan mantenerse en forma y ejercitarse de forma moderada. Es importante comprender que, por su morfología molosoide, es susceptible a una respiración dificultosa y al golpe de calor por lo que nunca debe estar expuesto a altas temperaturas sin la posibilidad de beber agua o refugiarse a la sombra. También por ese motivo, si necesitamos utilizar el bozal, utilizaremos uno de tipo “cesta” que le permita jadear y respirar correctamente. Durante el ejercicio físico le podemos animar a jugar y corretear pero no será apropiado hacerle realizar saltos por su propensión a la displasia.
Finalmente comentar que es un perro grande que necesitará un propietario con capacidad económica suficiente. No olvidemos que el dogo de Burdeos va a consumir una gran cantidad de alimento, necesitará una cama amplia así como snacks de higiene dental de tamaño grande. Eso debe valorarse seriamente antes de adoptar a uno.
Educación del dogo de Burdeos
El dogo de burdeos es un perro inteligente que responde maravillosamente a la educación y al adiestramiento basado en el refuerzo positivo. Debe evitarse a toda costa el uso de la fuerza y de los castigos. El dogo de Burdeos es un perro muy sensible que sufre enormemente con este tipo de hábitos negativos.
Para empezar, será fundamental socializarlo correctamente desde su etapa de cachorro con todo tipo de personas (incluyendo niños y adultos), otras mascotas (perros, gatos y todos los animales con los que vaya a tener contacto en su vida adulta) y así como entornos y objetos diversos. La socialización es básica para evitar actitudes miedosas, agresivas o impropias de un perro. La mayoría de perros que sufren reactividad con otras mascotas u otros problemas del comportamiento están directamente relacionados con una mala socialización. Además, debemos asegurarnos que todas estas experiencias sean positivas para el perro ofreciéndole siempre golosinas y refuerzos variados en dichos encuentros.
Más adelante, empezaremos a trabajar en la educación enseñándole al cachorro a orinar en la calle, a morder sus juguetes y las órdenes básicas de obediencia. En todos estos procesos utilizaremos el refuerzo positivo ya que es una forma estupenda de ayudar a recordar al dogo de Burdeos. Un detalle es que esta raza suele recordar para siempre todo lo aprendido. Nunca olvidará aquello que le enseñemos. Para una mejor estimulación del perro, te recomendamos practicar con él juegos de inteligencia y actividades variadas que puedan motivarle.
Finalmente deberás tener claro que será fundamental disponer de un cojín económico al que puedas recurrir si tu perro en alguna etapa de su vida sufre algún problema del comportamiento que pueda complicar vuestro día a día. Un etólogo, educador canino e incluso un adiestrador son figuras a las que quizás deberás recurrir si alguna cosa marcha mal. ¡No lo olvides!
Salud del dogo de Burdeos
A pesar de tener una gran fortaleza física, el dogo de Burdeos puede enfermar con cierta facilidad, por esa razón será muy conveniente visitar al veterinario cada 6 meses de forma aproximada. Este hábito nos ayudará a detectar de forma pronta cualquier enfermedad mejorando así su recuperación. Las enfermedades más habituales en el dogo de Burdeos son:
- Displasia de cadera
- Displasia de codo
- Torsión gástrica
- Golpe de calor
- Ectropión
- Estenosis aórtica
- Conjuntivitis
- Cardiomiopatía dilatada
- Cardiomiopatía hipertrófica
- Hongos
- Alergias
Por otro lado, será básico seguir de forma rigurosa el calendario de vacunación del perro pudiendo evitar de esta forma enfermedades contagiosas y muy graves como el moquillo, la rabia o el parvovirus canino.
Es muy recomendable castrar a este perro ya que de este modo le ayudaremos a eliminar un posible impulso de monta con otros machos, evitaremos la aparición de algunas enfermedades, le ayudaremos a tener un carácter más estable y evitaremos que pueda reproducirse. También le desparasitaremos de forma interna cada tres meses y de forma externa cada 30 días.
Finalmente comentar que el dogo de Burdeos tenía hasta hace poco una esperanza de vida que rondaba los 8 años. Afortunadamente, la mejora en la sanidad veterinaria y los cuidados que le podemos proporcionar hoy en día han aumentado su longevidad hasta los 8-11 años aproximadamente.
Curiosidades
- No olvides que el dogo de Burdeos está considerado como un perro potencialmente peligroso (PPP) en muchos países, por esa razón el uso del bozal y la correa en espacios públicos es obligatorio.