En el siglo XIX llegaban los primeros ejemplares de cocker spaniel ingleses a Norteamérica, y durante las últimas décadas de ese mismo siglo la raza se extendió por todo el territorio americano hasta fundarse el primer club oficial en 1881, denominado American Cocker Spaniel Club. No obstante, hay que tener en cuenta que el american cocker y el spaniel inglés no son la misma raza, pues los americanos surgieron gracias al trabajo de diversos criadores que buscaron un estándar más afín a sus intereses. De esta forma, se establecieron nuevas líneas de trabajo en la cría y ejemplares de cocker más orientados a ser animales de exposición en vez de perros cazadores.

Esta decisión levantó bastante polémica entre aquellos que querían al cocker como animal de caza y aquellos otros que buscaban un animal de concurso, es por ello que se comenzó a diferenciar ambas variantes, siendo los americanos más pequeños y con un pelaje más abundante. En 1935 se llegó a prohibir que se cruzaran animales de ambas razas, y en ese mismo año se creó el primer club de american cocker spaniel del mundo. Así, en 1946 el American Kennel Club aceptó formalmente la existencia de dos razas distintas, reconociendo al cocker americano como raza diferenciada del spaniel inglés.

A partir de entonces el american cocker ha disfrutado de una merecida fama y reconocimiento a nivel mundial, haciéndose famoso en el resto del globo y siendo el animal de compañía de conocidas celebridades, así como de familias de todos los lugares y culturas.

El cocker spaniel americano es la raza más pequeña dentro de la categoría de la FCI “perros de caza deportivos”, con un peso de entre 10 y 12 kilos en las hembras y 12-15 kg los machos, y una altura a la cruz entre los 33-36 centímetros en el caso de ellas y 36-39 cm en ellos. La distancia comprendida entre el punto más alto de la cruz y el suelo debe de ser algo más corta que la que haya entre la punta del esternón y la punta de la nalga, sin ser nunca el animal de cuerpo largo y bajo.

Siguiendo con la apariencia física del cocker americano, la cabeza es de líneas redondeadas, de hocico alargado y ancho, terminado en una trufa proporcionada y equilibrada, con un color en armonía con el de su pelaje, y también con el del borde de sus párpados. A deferencia del cocker inglés, el hocico del americano es ligeramente más chato o corto.

Por otro lado, el manto del cocker americano es un poco más largo que el del inglés. En general, el pelo presente en su cabeza suele ser corto, excepto en la parte superior del cráneo, mientras que el resto de su cuerpo posee un manto medio-largo, liso u ondulado y con una capa interna que lo protege. Tanto en las patas como en la zona del pecho, abdomen e, incluso, las orejas, se observa una serie de flecos que hacen de él un perro realmente adorable y divertido. En cuanto a la gama de colores, se acepta el negro sólido, negro con marcas fuego o manchas blancas en pecho y cuello, el crema, el rojo oscuro, el pardo y pardo con marcas fuego. También está aceptada la combinación de dos o más colores sólidos siempre y cuando estén bien definidos y uno de ellos sea el blanco, como por ejemplo negro y blanco.

La esperanza de vida del american cocker spaniel suele ser de entre 12 y 14 años en los ejemplares más longevos, siempre que hayan recibido los cuidados oportunos y sus necesidades se hallen cubiertas de la mejor manera.

Como ya nos deja ver con su tierna y dulce mirada, el american cocker spaniel es un perro extremadamente cariñoso y amigable, que nos brindará todo su amor y se volcará en los suyos con una lealtad infinita. Los cocker en general son muy cariñosos y alegres, su apariencia de peluche refuerza esa dulzura, pues nos entrarán ganas de achucharlo constantemente debido a lo atentos y afectuosos que se muestran con sus tutores, así como la delicadeza con la que tratan a los niños y otros animales.

Se trata de perros muy equilibrados, que son activos pero sosegados, cariñosos pero no pegajosos, sin duda son sagaces y responden rápidamente a los estímulos ambientales. Se trata de animales que gustan de juegos y ejercicios, sobre todo aquellos que simulan la caza debido a sus orígenes como perro de caza, pero se adaptan perfectamente a la vida en interiores siempre que se le den paseos regulares.

Para mantener el pelo de nuestro american cocker lustroso y sin enredos hemos de cepillarlo como mínimo una vez al día. Se recomienda también bañarlo regularmente, y si queremos mantener su pelaje en las mejores condiciones y con la apariencia propia de la raza habrá que recurrir a los profesionales, visitando una peluquería canina de confianza para que nuestro perro luzca increíble. Estos cuidados resultan vitales para mantener su pelaje en buenas condiciones, ya que de lo contrario su abundante y denso pelaje estará siempre enredado y eso le dará una imagen descuidada. Si queremos que el arreglo del manto sea el típico de la raza hemos de buscar un profesional que conozca el estándar a la perfección y realice el corte con la destreza requerida. Así mismo, descuidarlo por completo puede propiciar el desarrollo de parásitos y, por ende, la aparición de problemas como la miasis canina.

Una de las atenciones más importantes que hay que dedicarle al cocker spaniel americano es mantener sus oídos siempre limpios y cuidados, ya que son tendentes a los problemas del aparato auditivo. Además, hemos de estar atentos a la posible presencia de espigas o residuos que pudieran ocasionar edemas u otitis, los cuales podrían complicarse y acabar desencadenando en una sordera permanente. Para limpiar los oídos ha de usarse un producto aprobado por nuestro veterinario de confianza para tal efecto, así mismo, será él quien nos explique paso a paso cómo ha de realizarse esta limpieza. Así evitaremos que nuestra mascota sufra molestias y picores, los cuales serán evidentes porque sacudirá la cabeza, le dolerá al tocar la zona y se rascará constantemente las orejas.

Los american cocker son en general bastante dóciles, lo que sumado a su maravillosa inteligencia y capacidad de aprendizaje debería facilitar el adiestramiento de nuestra mascota. Pero hay un factor que podría interferir en nuestra labor educadora, el cual no debemos dejar de tomar en consideración, y es que suelen ser perros bastante obstinados y cabezotas, por lo que puede que nos cueste un poco conseguir que comprendan y realicen las órdenes que se les mande.

Por esto deberemos ser constantes en lo referente a su educación, sin recurrir nunca a castigos ni físicos ni emocionales, pues existen técnicas apropiadas para enseñarles sin crear malestar ni dañarlos de ninguna manera. Para ello, acudiremos al refuerzo positivo, el cual en resumidas cuentas consiste en premiar de alguna forma al animal cuando este realice una conducta que queremos que mantenga, o conducta objetivo, para que así entienda qué es lo que debe hacer y qué debe evitar para obtener la recompensa deseada. De esta forma evitaremos que nuestro animal tenga miedos o se muestre reticente a ser adiestrado, momento en el que sacaría a relucir su cabezonería.

Pese a ser una animal bastante robusto, hemos de prestar atención a la incidencia de algunas enfermedades en los american cocker que requerirán de chequeos y seguimientos veterinarios específicos para su prevención y buena evolución. La primera de ellas es la sordera, puesto que como hemos comentado la acumulación de cera y ácaros en sus orejas pueden desencadenar en otitis, que de no ser tratadas adecuadamente pueden degenerar en sorderas temporales o permanentes. Para evitarlo tendremos que realizar limpiezas periódicas y vigilar el estado de los oídos de nuestro can con frecuencia.

Aun cuando tengamos todo el cuidado del mundo hay que decir que un 7 % de los cachorros de cocker spaniel americano nacen con sordera congénita, ya sea de uno o de ambos oídos, pero si somos capaces de adaptarnos a ello nuestro animal podrá vivir una vida plena y feliz sin problema.

También tendremos que prestar atención a sus ojos, pues muchos ejemplares presentan afecciones como la atrofia retiniana progresiva, las cataratas, el ectropión o el glaucoma, acentuándose tanto la incidencia como la gravedad de estos trastornos a medida que el animal va haciéndose más mayor, siendo relativamente frecuente que los más ancianos tengan algunas deficiencias en la visión. Para detectarlas y evitarlas a tiempo se recomienda realizar exámenes oftalmológicos con regularidad.

Otras de las afecciones importantes pueden afectar al cocker americano son la anemia hemolítica autoinmune o patologías articulares, tales como la luxación del codo o la displasia de cadera, aunque todas ellas son relativamente raras y podrían tener una buena evolución con el acompañamiento veterinario oportuno.