Noble y fiel, así definen al braco italiano aquellos que mejor lo conocen, y no es para menos, pues este perro es realmente leal y afectuoso. Los braco italianos han sido valorados durante siglos por sus dotes cazadoras, así como por su buen carácter, razón por la que las familias nobles italianas codiciaban sobremanera la tenencia de perros de esta raza. Pero no todo fue fácil para los bracos, pues la raza atravesó momentos tan difíciles durante la Segunda Guerra Mundial que realmente se temió por su desaparición. ¿Quieres saber más sobre esta raza de perro que ha sobrevivido a tanto? Te contamos todo sobre el braco italiano.
Origen del braco italiano
Los bracos italianos son considerados como uno de los mejores perros de caza, sobre todo en la caza de aves, desde su nacimiento. En Italia, de donde proviene la raza, eran codiciados por las familias nobles dadas sus grandes dotes como cazador, aparte de por su belleza.
Se trata de una raza de orígenes remotos, pues estos bracos surgieron en la Baja Edad Media, siendo descendientes de los mastines asiáticos y los perros de San Huberto. Las localidades en las que surgieron los primeros ejemplares fueron Lombardía y Piamonte, extendiéndose por toda Italia en poco tiempo.
Pese a la época dorada de la raza, con la introducción de otras razas cazadoras y los conflictos bélicos del siglo XIX, así como de la Primera y la Segunda Guerra Mundial, la raza se vio abocada a la desaparición. Por suerte, un grupo de protectores y criadores italianos de esta raza consiguió preservarla y que esta volviera a desarrollarse, recuperándola y perpetuándola hasta la actualidad con un rotundo éxito.
Características físicas del braco italiano
Los bracos italianos son perros de talla grande, con un peso de 25 a 40 kilogramos dependiendo de su altura a la cruz, que en los machos es de entre 58 y 67 centímetros y en las hembras de 55 a 62 cm. La esperanza de vida de la raza es de unos 12-14 años.
El cuerpo de estos canes es robusto y equilibrado, con unas patas esbeltas pero fibradas y una musculatura desarrollada. La cola es recta y más ancha en la base que en la punta. La cabeza es estrecha con un hocico de igual longitud que el cráneo y un stop muy poco pronunciado (de hecho, prácticamente nada en algunos ejemplares). Los ojos presentan una expresión dulce, siendo grandes y de color marrón u ocre de diferentes tonalidades, en función del color del manto. Las orejas son largas, llegando a la altura de la punta de la nariz, bajas y de base estrecha.
Un braco ha de tener un pelaje corto, denso y lustroso, siendo especialmente corto y algo más fino en la región de las orejas, la cabeza y la parte anterior de las patas. En cuanto al color del braco italiano, el blanco es la referencia, apreciándose las combinaciones con otros colores como el naranja, ámbar, marrón o hígado. Los patrones aceptados son los manchados, moteados y mezclados con estos colores. Se valoran especialmente los ejemplares con máscaras uniformes en la cara, aunque esto no es necesario para que cumplan el estándar de la raza.
Carácter del braco italiano
Un braco italiano presentará un temperamento noble y dócil, siendo un perro muy sociable. Esto hace que se haya convertido en uno de los perros mas valorados entre las familias, ya que estamos ante una raza canina atenta, respetuosa y paciente, rasgos de personalidad ideales sobre todo si la familia está formada por niños más o menos pequeños. El braco italiano se lleva también genial con otros animales de compañía, aunque si ha sido usado para la caza puede que necesite una reeducación. Con otros perros la convivencia roza la perfección.
Aunque los bracos se adaptan perfectamente a la vida en interiores, es decir, apartamentos más o menos reducidos, sí es cierto que es preferente que tengan espacio al aire libre donde ejercitarse y jugar libremente, por lo que si vivimos en ciudad tendremos que realizar varios paseos y ejercicios con ellos a diario.
Cuidados del braco italiano
Una de las principales exigencias de tener un braco italiano como compañero es la alta necesidad de ejercicio físico que presenta. Este es un perro que requiere hacer ejercicio intenso de forma diaria, pues es muy enérgico, algo que puede volverse en su contra si se mantiene demasiado tiempo inactivo. En casos de inactividad prolongada, pueden aparecer problemas como agresividad, depresión, ansiedad o comportamientos destructivos. Además de practicar ejercicio en la calle, recomendamos realizar juegos de inteligencia en el hogar, así como proporcionar todo tipo de juguetes que permitan que el braco italiano esté entretenido y no se aburra en ningún momento.
Su pelaje, al ser corto, no requiere grandes cuidados, bastará con un cepillado semanal para mantenerlo en buenas condiciones. Una buena alimentación será clave para el buen estado tanto de su pelaje como de su salud en general, por ello hemos de proporcionarle una dieta equilibrada y una hidratación óptima.
Conviene, a su vez, realizar limpiezas regulares de sus ojos, boca y oídos, evitando la acumulación de suciedad que puede desencadenar en infecciones o diferentes enfermedades.
Educación del braco italiano
Debido a las características y al carácter del braco italiano, su adiestramiento suele resultar bastante sencillo. Ya hemos dicho que es un perro muy noble, dócil e inteligente, capaz de aprender cosas nuevas sin necesidad de muchas repeticiones o ensayos. Así mismo, cabe destacar que el braco italiano es especialmente dichoso en aquellas actividades que requieren un esfuerzo físico prolongado, como el rastreo o las tareas de señalamiento en campo a través. Esto explica por qué estos perros eran y son tan apreciados por aquellos que practican la caza.
Para que un braco italiano sea sosegado y atienda a las peticiones de sus cuidadores, es recomendable comenzar su entrenamiento a una edad temprana, pues de cachorros suelen ser testarudos, algo que si no se educa correctamente mantendrá de por vida. No obstante, en caso de adoptar a un braco italiano adulto, es importante resaltar que con refuerzo positivo y mucha paciencia es posible educarlo perfectamente. Como siempre, la clave del éxito reside en la constancia y, sobre todo, en garantizar el bienestar del perros, ya que un animal adiestrado mediante técnicas inadecuadas no será feliz ni presentará los resultados esperados.
Salud del braco italiano
En general, los bracos italianos son perros fuertes y resistentes, pero ello no quita que presenten determinadas enfermedades que hemos de conocer a fin de detectarlas y tratarlas lo antes posible. Una de estas enfermedades es la temida displasia de cadera, un problema óseo que afecta a la articulación de la cadera. Esta enfermedad es típica de razas de gran tamaño y su tratamiento puede ser complicado si no se detecta de forma temprana.
Otra de las enfermedades más comunes del braco italiano es la otitis o infección auditiva, por ello es tan importante realizar limpiezas frecuentes del canal auditivo con productos óticos específicos para su aplicación en perros.
Existen otras muchas afecciones que pueden padecer los bracos italianos, aunque no son tan frecuentes como las anteriores, algunas de ellas son el entropión y el ectropión, que afectan a los ojos, el criptorquidismo y el monorquidismo, que afectan a los testículos, o los problema intestinales como las peligrosas torsiones gástricas.
Por todo ello, será fundamental la realización de chequeos veterinarios periódicos, en los que además de revisar el estado general de salud de nuestros canes, se apliquen las vacunas pertinentes, así como las desparasitaciones tanto internas como externas.
- Fédération Cynologique Internationale. Bracco Italiano. Disponible en: http://www.fci.be/Nomenclature/Standards/202g07-en.pdf
- Asociación Canina Nacional ACCAM. Braco italiano. Disponible en: http://www.caninanacionalaccam.es/estandar-caninos-accam/braco-italiano/