Gato angora turco

Se considera que los gatos de angora son los primeros gatos de pelo largo de la historia, así de antiguas y profundas son las raíces de esta exótica raza felina. Provienen de la región turca de Ankara, de la cual deriva su nombre. Allí, los ejemplares blancos con un ojo de cada color, condición que recibe el nombre de heterocromía y es bastante frecuente en la raza, son considerados como el icono de la pureza, y por ello se les tiene en alta estima. Estos ejemplares reciben el nombre de Ankara kedi y se aceptan incluso como tesoro nacional de Turquía. Tanto es así, que existe una leyenda que sostiene que el fundador de la Turquía de hoy día volverá al mundo reencarnado en un angora turco.

A pesar de lo anterior, el origen del gato angora turco exacto es remoto, de manera que existen múltiples teorías sobre el surgimiento de la raza. Una de ellas expone que los angora turcos surgieron de gatos salvajes criados en China; otra defiende que surgen de gatos que vivían en las frías estepas rusas y que tuvieron que desarrollar un pelaje largo y denso que los protegiera del frío. Según esta última teoría, los gatos angora serían los ancestros de los gatos bosque de Noruega o del Maine coon. Otros creen que llegaron posteriormente a través de las invasiones islámicas que Persia sufrió en el siglo XV.

Sobre su llegada a Europa, existen también varias posibilidades. La creencia más extendida es que llegaron embarcados en navíos vikingos en torno al siglo X. Lo que sí es cierto es que aparecen registrados en documentos datados en el siglo XVI, donde se relata cómo eran entregados como presente de parte del Sultán turco a la nobleza, tanto inglesa como francesa, volviéndose una raza muy popular y valorada en la aristocracia francesa de la corte de Luis XV.

No fue hasta los años 70 que la raza fue reconocida oficialmente por la CFA, creándose una asociación oficial del gato angora turco. La FIFE no la reconoció hasta unos años más tarde, concretamente en 1988. Aún hoy no es una raza demasiado extendida, siendo pocos los ejemplares en Europa y Estados Unidos, es por ello que a veces puede resultar complicado adoptar uno de estos felinos, sobre todo si queremos que tenga pedigrí.

Los angora son gatos medianos que pesan entre 3 y 5 kilogramos, con una altura que va de los 15 a los 20 centímetros. Normalmente, su esperanza de vida se encuentra comprendida entre los 12 y los 16 años.

El cuerpo del gato de angora es alargado, con una musculatura marcada y fuerte, pero siendo a la vez esbelto y estilizado. Sus patas traseras son más altas que las delanteras, su cola es fina y muy larga y, además, presenta un pelaje largo y tupido, lo que le da la apariencia de plumero.

La cabeza de un angora ha de ser o bien pequeña o bien mediana, pero nunca grande, con forma triangular. Los ojos son almendrados y grandes, con una mirada penetrante y expresiva, y suelen ser de color ámbar, cobre, azul o verde, presentando muchos ejemplares un ojo de color diferente al otro, por lo que es una de las razas más tendentes a la heterocromía. Así, tanto la diferencia de color en los ojos como el pelo largo son las características del angora turco más representativas. Sus orejas son grandes y de base ancha, puntiagudas y preferiblemente con pinceles en las puntas.

Colores del gato de angora

El pelaje de un angora es largo, fino y tupido. En sus orígenes solo podía ser blanco, pero fueron apareciendo diversos patrones y hoy día se aceptan:

• rojo
• azul
• crema
• marrón
• plata
• cameo
• plata azulado
• plata azulado parcheado
• atigrado
• blanco

La capa de pelo es más densa en la parte inferior, la cola y el cuello, y no presenta capa lanosa.

Estamos ante una raza de temperamento tranquilo y calmado, que gusta del equilibrio entre la actividad y el reposo. Eso sí, si queremos que acompañe a los niños de la casa en sus juegos, hemos de acostumbrarlo desde pequeño a la vida con niños, ya que si no lo hacemos puede mostrarse reticente al trato con los menores. Si lo habituamos, será un magnífico compañero de juegos, puesto que el carácter del angora turco también es enérgico, paciente y muy juguetón. Tendremos que prestar atención al enriquecimiento ambiental necesario para que vuelque su inquietud y su curiosidad.

A veces, se compara a los angora con un perro, ya que suelen ir detrás de su tutor a todas partes, siendo conocida su fidelidad y su apego. Son animales dóciles y afectuosos que disfrutarán mucho de las sesiones de mimos e incluso pueden ser adiestrados para realizar diversos juegos y trucos, ya que las caricias son un premio excelente para ellos.

Normalmente, se adaptan a la vida en cualquier lugar, siempre que les demos el cariño y el espacio que necesitan. De esta forma, el angora turco podrá vivir tanto en un piso como en una casa con jardín o en mitad del campo. Hemos de considerar que pese a que la convivencia con humanos, los gatos de angora no se muestran muy predispuestos a compartir su hogar con otros animales.

Como en todas las razas de pelo semilargo, dentro de los cuidados del angora turco destaca la necesidad de cepillados regulares para eliminar el exceso de pelo, el cual es perjudicial tanto para su salud, pues suele provocar la formación de bolas de pelo, como para mantener nuestro hogar libre de pelos. El cepillado no será demasiado difícil debido a que carece de capa lanosa, por lo que no necesitaremos demasiado esfuerzo para mantener su pelaje con un aspecto suave y sedoso, libre de enredos y suciedad.

A su vez, hemos de proporcionarle una alimentación equilibrada, que cubra todas sus necesidades nutricionales y le proporcione la energía que necesita. A fin de liberar esta energía de la manera oportuna, será preferible que pongamos a su disposición juguetes adecuados para nuestro felino, así evitaremos que debido a su aburrimiento pueda ocasionar destrozos en casa. En esta misma línea, es fundamental proporcionarle un correcto enriquecimiento ambiental, no solo juguetes, sino también con rascadores con varias alturas, baldas a las que poder subir, etc.

Los gatos son animales extremadamente pulcros, por lo que prefieren tener separadas las zonas de alimentación y sanitarias. Así, será necesario colocar el cuenco de comida y agua alejados de la caja de arena. Tampoco hemos de descuidar sus uñas, dientes, ojos y oídos, realizando las limpiezas y revisiones necesarias para su buen estado y mantenimiento.

Los angoras turcos son gatos muy sanos y fuertes, que no muestran enfermedades congénitas graves. Sin embargo, los ejemplares blancos se muestran propensos a desarrollar sordera, o a nacer ya sordos, sobre todo aquellos que además tienen ojos dorados o hipocrómicos. Esta puede ser diagnosticada por un veterinario, con diversas pruebas que además nos harán saber el grado de la misma.

Para evitar las bolas de pelo en el aparato digestivo o tricobezoares, podemos recurrir a piensos especiales o productos específicos como la parafina o la malta. Estos, combinados con cepillados diarios, conseguirán mantener a nuestra mascota sana y libre de molestias.

Junto con estas consideraciones especiales se han de tener en cuenta otras comunes para todas las razas de gatos, como mantener a nuestra mascota al día en materia de vacunaciones, desparasitaciones y chequeos veterinarios exhaustivos.